jueves, 3 de abril de 2008

¿El precio de Hacéldama? (2 de 2)

¿El precio de Hacéldama? (2 de 2)
Alguien rompió el silencio con unos cuantos aplausos. El moderador, que no desea que el debate se descontrole, se apresura a presentar al otro profesor. Benigno tendrá cinco minutos para explicar por qué está a favor del Plan de Calidad. Máximo ya ha mostrado su disconformidad con solvencia, pero será el resto del claustro el encargado de decidir, con sus votos, cuál de las dos posturas es la más fuerte. En cualquier caso, parece obvio que no habrá unanimidad, pues existen muchos recelos, a fin de cuentas, podría cortarse el ambiente con un cuchillo jamonero. El moderador, nuestro flamante Director, le da paso con un gesto a Benigno. Carraspea y comienza con parsimonia a desgranar su letanía:
-“¡No seáis torpes, hombre! De todos los funcionarios tipo A, somos los que menos cobramos. La Junta eso lo sabe. Por tanto, ha tomado la decisión de subirnos el sueldo. Ahora bien, ¿cómo se tomarían los médicos que a nosotros nos subieran la nómina por toda la cara? No, no es posible. Se tienen que buscar algún pretexto para pagarnos más. Vamos a ver, no hace falta ser muy listos para darse cuenta de que el Plan de Calidad no nos exige nada que no hagamos ya… ¿Acaso no aprobamos ya a más alumnos de la cuenta? ¿Acaso no los vemos promocionar sin poder evitarlo? ¿Acaso no tenemos ya que hacer cursos? ¿No es cierto que se nos revisa, que se nos vigila? ¿No se nos pide ya que mejoremos nuestros resultados? Todo esto se lleva haciendo ya varios años… ¿por qué nos extrañamos si nos pagan por ello, ahora? Haremos lo mismo y cobraremos más. ¿Os parece malo eso? No sé vosotros, pero yo ya cumplo el Plan de Caridad en mis clases. Para mí no supone ningún avance, ningún trabajo extra…
La Junta tiene derecho a obligarnos a hacer todo eso. Si decimos “no” al Plan, dentro de dos o tres años nos exigirán esto mismo, pero tendremos que hacerlo gratis… ¿no os dais cuenta? ¡Tanto tiempo pidiendo que nos suban el sueldo y ahora nos quejamos! ¿Por qué nos quejamos siempre de todo? Supongo que si hubiera sido otro el partido que lo hubiera propuesto, los que estáis a favor, estaríais en contra. Los que están en contra, estarían a favor… ¿no os parece absurdo? Dejad la política a un lado y hacedle caso a vuestra razón. Podemos renunciar al proyecto cuando queramos, en cualquier momento, y no habrá que devolver el dinero cobrado. ¡¡No es necesario aprobar a ningún alumno más!! Empezamos, cobramos… el que quiera sigue, el que no, que se vaya. ¡Y tan amigos! No es vinculante a todos, ni es obligatorio llegar hasta el final. Mientras sigues, cobras. Si no quieres seguir cobrando, te borras. ¿Dónde está el problema, entonces? Y si se ofrece algún premio más, como mantenernos en el mismo centro, ¡mejor aún! ¿No nos quejamos tanto de la precariedad, de que nos cambien de centro cada dos por tres? Parece que la Junta se ha dado cuenta de que para mejorar los institutos, tienen que darnos más estabilidad, ¡por fin vamos por el buen camino!
Por último, quería plantearos una reflexión. ¿Vais a renunciar al dinero por dignidad? ¿Os queda de eso? Los alumnos nos faltan el respeto, los padres tratan de pegarnos, cuelgan vídeos nuestros en Youtube y nadie nos presta atención… ¿y os sigue quedando dignidad? Yo, si os digo la verdad, no tengo dignidad, si hablamos de dinero. Al fin y al cabo, ¿dais las clases por gusto? No, claro que no. Todos vosotros trabajáis por dinero, no por dignidad. Yo prefiero trabajar por más dinero, por mucho dinero, porque trabajo por dinero, porque soy realista. Al fin y al cabo, de eso vivimos, no de la dignidad ni del orgullo. Pero vamos, tened la cabeza alta; no van a hacernos nada distinto de lo que ya nos hacen. La única diferencia es que tendremos siete mil euros más para comprar un campito, para celebrar una fiesta, para marcharnos al Caribe con nuestra mujer y perder de vista a los alumnos, a los padres, al claustro y a todas esas historias. No tengáis miedo: tendréis unas largas y prósperas vacaciones para gastaros toda la pasta que estamos a punto de ganar.
Voto secreto. Recuento: Treintaidós votos a favor. Catorce votos en contra. Seis abstenciones. Nombre del Centro. Fecha y firma de los presentes.